viernes, 30 de septiembre de 2011

IRIDIOLOGÍA

Aquella turbia noche pude contemplar tu alma en filamentos, briznas de abatimiento  asomaban una a una de entre tus ojos; los míos destellaban malestar, pero un malestar infundado.
Mi propia alma se hizo pequeña al ver la iridiscencia de tu mirada y al notarlo, comprendí que mis razones eran vanas ya que en ese instante confuso había dañado un poco tu ser. Algo extraño se quebrantó en mi interior, toda mi esencia se elevó primero y cayó luego de tajo cual puñado de mercurio que se lanza desbocado al viento y después se disipa fragmentado en el suelo… un nudo en tu garganta, otro nudo en la mía, en ese instante supe la magnitud con la cual cambia la vida.
La noche fue distinta, el centelleo casi imperceptible de tu mirada sobrecogió mi corazón. Tanta pena me causó deshebrar tus sentimientos, que me cuestioné más tarde,  al despedirnos, una  y otra vez sobre lo que había hecho. 
Cuando estuve a solas y la expresión de tus ojos quedó grabada en mi mente cual marca de fuego, dejando además una estela de dolor perceptible dentro de mí, no pude evitar concluir que te quiero demasiado como para dejarte ir.

domingo, 18 de septiembre de 2011

EL MATIZ DE LA VIDA


En estos momentos me pregunto qué haríamos sin los matices de la vida. La vida puede poseer cierto color uniforme para cada persona, pero nosotros le damos los matices gracias a nuestra particular manera de pensar. La realidad es finalmente aquella y sólo aquella que percibimos a través de los sentidos. Siempre he pensado que esas variaciones de color vital fluctúan irremisiblemente al vaivén de nuestras emociones. Es posible que contemple mi día con un color negro y le proporcione matices de oscuridad total si un mal día me levanté con la suerte al revés. Pero todo depende, insisto del modo y la forma con el cual queramos contemplar las cosas. ¿Uno puede controlar su mente? Es una pregunta que no estoy autorizada para responder de la forma más objetiva. Algunos me dirán que si, otros me dirán que no y estarán basados a propósito en sus propias percepciones. Cada quien vive como quiere vivir. Si tu matiz de la vida es en tonos oscuros, pasarás todo el tiempo mirando las situaciones desde un abismo negro y profundo del que no quieres emerger, descuidarás tu cuerpo y tu alma simplemente porque lo que ves no da cabida a otro color. Las pinceladas de tus acciones diarias perderán el brillo y te pasarás la vida mezclando en la caja de acuarelas, los colores más obstinadamente acres que encuentres a tu alcance. Si por el contrario crees que todavía queda una esperanza para algo, cualquier cosa que ésta sea, entonces elegirás tal vez algunos tonos luminosos y te esforzarás por elegir aquellos colores espectrales otorgándoles un matiz vivificador. Después de todo, cada ser humano tiene la capacidad de elegir lo que le parezca más conveniente. ¿Por qué no elegir lo que se considere mejor?
Newton dividió el espectro en siete colores rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violeta y lo hizo confiado en creencias griegas con respecto a la conexión entre notas musicales, días de la semana y objetos conocidos del sistema solar. Así pues, ¿no podría haber una conexión entre los colores con sus matices y nuestra manera de vivir? ¿Con cuál deseas pintar cada día de tu semana? ¿Con cuál quieres recubrir tu mente?

En días pasados, debido a hilaciones confusas de mi mente, mi forma de pensar se fue modificando de un color muy oscuro hasta hoy que vislumbro el verdor… tal vez no necesites preguntar mis razones, es posible que también te haya ocurrido a ti. Solamente tú, con tu manera de pensar, puedes lograr que la trayectoria en los matices de tus deseos quede similar a la mía o que, por el contrario, dé un giro total.

CORAZÓN PROFUNDO



Un encanto complejo y reservado
Envuelve tu alma entera
Una sombra cruza tu semblante
Y permanece a la espera

Caminas taciturno entre la noche
Sin decir una palabra
En un recoveco insistente
Se transforma tu mirada

No es lo visto sino lo oculto
No es lo que conocido sino lo ignorado
Un mar tan amplio como abrupto
Es tu corazón acorazado

En cada hendidura de oscuridad
Pruebo a delinear sus finos rasgos
¡Vaya corazón profundo!
Le cuesta ampliarse entre mis brazos

Es un corazón para mí muy querido
Un impulso sagaz que a mi alma aligera
El tenerlo junto al mío
Cambia mi perspectiva entera.

lunes, 27 de junio de 2011

A UN AÑO DE DISTANCIA Y SOMOS TAN DISTINTOS


A un año de distancia somos tan distintos… en aquellos ayeres cuando las nubes tenían la misma forma que hoy tienen, los átomos y células de nuestro cuerpo eran apenas trescientas sesenta y cinco veces más jóvenes. Los sueños de ayer acaso hayan cambiado un poco o sean completamente diferentes a los que ahora tenemos, a un año de distancia, nuestros recovecos del pensamiento mudaron y ahora somos otros seres humanos.

Modificados por la naturaleza, por la experiencia de lo cotidiano y de lo no esperado, el destino se ha encargado de ponernos frente a frente con personas, hechos, lugares, sabores, olores, sonidos, texturas, caminos, aires, deseos, esperanzas, fabulaciones... todo completamente nuevo integrando sin lugar a dudas una nueva esencia a nuestra esencia...

A un año de distancia… las ideas crecen a la par de las uñas y el cabello, los sentimientos se multiplican paralelamente a los cambios de nuestro cuerpo, porque cada día somos nuevos, pasa un día y otro día; siempre estamos trocándonos ¿serás tú mañana, el mismo que eres hoy? La alegría que ahora tienes, mañana tendrá su metamorfosis en tristeza y viceversa, tal vez, nunca se tiene la verdad absoluta. El chispazo sutil de tu mirada se bifurcará en reflejos de alegría o de duda, la reverberación ocular en tu cara se hará rencor o ternura. De un minuto a otro, de un segundo a otro se acumularán en tropel incansable las oleadas de movimientos, de palabras dichas y no dichas, de expresiones secretas y explícitas …se apiñarán tan lentamente una sobre otra, hasta juntar sin sentirlo un año, en el que el ser humano que ocupó un espacio similar al de ahora, habrá cambiado rotundamente. ¿Es el espacio que cambia o eres tú?

A un año de distancia somos tan distintos… ¿qué hacíamos hace un año? Tal vez soñar parte de lo que ahora somos, pero sin sospechar ni un ápice de lo que ahora, justo en este instante de ansiedad diurna o noctámbula, vemos a nuestro alrededor. Es la dulce sustancia de la relatividad, lo que para unos es sólo un año de distancia, para otros representa una eternidad.